viernes, 23 de agosto de 2013

REAVIVAMIENTO Y REFORMA

V M -  “Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efe. 4:1 al 3).


 

I.  INTRODUCCIÓN

  1. “LA MAYOR Y MÁS URGENTE de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra” (MS 1:141).

  2. La oración, el estudio de la Biblia y la testificación, son los tres elementos básicos de todo verdadero reavivamiento.

  3. Ya hemos estudiado la Oración como el corazón del reavivamiento; la Palabra como el fundamento del reavivamiento, el Testimonio y Servicio como frutos del reavivamiento; la Obediencia como el fruto del reavivamiento y la Confesión y Arrepentimiento como condiciones para el reavivamiento. No olvidemos Prov. 28:13 - “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia”.

  4. Hoy veremos la importancia de la unidad como el vínculo del verdadero reavivamiento. ¿Qué es un vínculo? Es la unión o atadura de una cosa con otra. La unidad es el vínculo del reavivamiento.

  5. No podemos hablar de una iglesia bajo el control del Espíritu Santo si no se habla de la unidad.


II.  RESPONDER A LA ORACIÓN DE CRISTO POR LA UNIDAD

  1. El tema central de la oración intercesora de Jesús registrada en Juan 17 (Jesús ora por sus discípulos) es la unidad. ¿Por qué Jesús eligió el tema de la unidad como el tema de su última oración?

  2.  Se dice que las últimas palabras de alguien antes de morir resumen lo que esa persona consideraba lo más importante. Si esto es verdad, para Jesús la unidad es la esencia del cristianismo, pues fue el tema de su última oración. No se puede hablar de vida cristiana, y mucho menos de reavivamiento, sin hablar de unidad. Veamos algunos versículos de Juan 17.

  3. Juan 17: 20, 21 – “Mas no ruego solamente por éstos, sino por los que han de creer en mí por la palabra de éstos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.

    1. Esta oración no fue solo a favor de los discípulos, sino también por los que creerían en Jesús por la palabra de ellos. En su oración también estaba incluida la iglesia del tiempo del fin. Jesús oró por nosotros.

    2. Hay una segunda idea en esta oración. La unidad de la iglesia es un factor decisivo para que las personas conozcan el poder transformador de Cristo. “Que también ellos sean uno como nosotros para que el mundo crea que tú me enviaste”.

    3. Es muy humano pensar que el poder transformador de Cristo se manifieste solo en un delincuente, drogadicto, borracho, etc.  Pero, ¿qué sucede con los que tienen un corazón orgulloso, que no se rinden a Jesús, que no aceptan pedir perdón al hermano?

    4. La iglesia de Dios en esta tierra es como un jardín donde hay flores de diversos tipos, colores y formas. Lo mismo sucede entre los miembros de la iglesia. El Señor nos creó con diferentes personalidades, características. Necesitamos aprender a convivir juntos, de manera que nos edifiquemos unos a otros y que suplamos las carencias del prójimo. Esto se aplica no solo entre las personas individuales, sino también entre las diferentes culturas de nuestro planeta porque somos una iglesia mundial.

    5. Jesús anhela que su iglesia mundial sea una sola así como él y su Padre son uno solo.

    6. ¿Cómo funciona la unidad de Dios? Padre, Hijo y Espíritu Santo son uno en propósito, pero son tres personas distintas. ¿Podemos nosotros como iglesia ser como ellos? Si le permitimos a Dios hacer las cosas, se manifestará el poder divino y el mundo entonces sabrá que Jesucristo es Dios capaz de transformar tanto a un delincuente como a un orgulloso.




III.  ILUSTRACIONES DE UNIDAD EN EL NUEVO TESTAMENTO

  1. Pablo. La encontramos en 1 Cor. 12: 12 al 31. Pablo compara a la iglesia de Dios con un cuerpo. El cuerpo está formado por diferentes órganos, pero la cabeza es Cristo. En la iglesia hay lugar para todos.

  2. En un cuerpo todos los órganos son importantes, unos más y otros menos. No obstante, todos contribuyen al bienestar del cuerpo. Unos se ven, otros no, pero todos cumplen su función para que el cuerpo alcance sus objetivos. Todos siguen las órdenes de la cabeza que es Cristo.

  3. Así debería funcionar la iglesia de Cristo. Todos y cada uno con sus características particulares, ayudando al cuerpo a cumplir sus objetivos. Nadie sintiéndose superior al otro ni queriendo hacer las cosas separados.

  4. Pedro. Un edificio en el que cada piedra ocupa su lugar y cumple su función, pero la piedra angular sobre la cual está depositado el peso del edificio esa piedra es Cristo. O sea, en ambas ilustraciones el factor de unidad es Cristo. Por eso, mientras más cercana sea la comunión de la iglesia con Cristo, tanto más unidad habrá entre los miembros de la iglesia. Una iglesia llena del Espíritu no será nunca una iglesia desunida.

  5. No se puede hablar de reavivamiento donde existe una lucha por la supremacía de las ideas o de las personas.

  6. La unidad de la iglesia es el vínculo del reavivamiento.


IV.  ELEMENTOS DE UNIDAD: NUESTRO MENSAJE Y MISIÓN

  1. La unidad que experimentaban los creyentes del N T se basaba en mucho más que una calidez emocional entre los miembros. Los besos, abrazos, saludos, cumpleaños, visitas, etc. son cosas buenas, que ayudan en la unidad de la iglesia. No obstante, hay dos factores determinantes en que la iglesia necesita estar unida porque de ellos depende su existencia y su propósito. Estos factores son el mensaje y la misión.

  2. NUESTRO MENSAJE - Apoc. 14:6 al 8 – “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”. Todo esto es parte de la vida de la iglesia, pero no podemos olvidar que somos el pueblo que Dios levantó en la historia para anunciar el último mensaje al mundo.

  3. NUESTRA MISIÓN - La iglesia primitiva estaba unida en la urgencia de su misión y en la pureza de su mensaje. Ambas cosas, y su experiencia personal con Cristo, hicieron de la iglesia apostólica una iglesia vibrante, fervorosa y unida. Mat. 28:19, 20 está nuestra misión – “Por tanto, id, y haced discípulos …”

  4. Si hoy día el enemigo quiere destruir la unidad de la iglesia lo va hacer atacando el mensaje y la misión. Jamás podemos pensar que el mensaje pasó de moda ni distraernos con tantas cosas que nos olvidemos que nuestra misión es terminar la predicación del evangelio de Jesús.


V.  LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA: ESTRUCTURA PARA LA UNIDAD

  1. Al revisar el libro de los Hechos de los Apóstoles vemos claramente que la iglesia apostólica tenía una estructura organizacional, no la que tenemos hoy día. Era una iglesia joven. A medida que el tiempo transcurría empezaron a surgir algunos problemas, especialmente de orden doctrinal.

  2. Hechos 15 -. La iglesia formó un grupo de personas para debatir los problemas y llegar a un consenso. Por eso se realizó el Concilio de Jerusalén donde se discutió el problema planteado por los judíos que se habían convertido al cristianismo. Estos judíos querían que todo cristiano nuevo se circuncidase y guardaran la ley de Moisés. La iglesia reunió a sus líderes en Jerusalén para debatir este problema y decidió que los judíos que quisieran circuncidarse podían hacerlo, pero que no era necesario exigirles eso a los nuevos cristianos.

  3. Esta manera de resolver el problema muestra que en la iglesia primitiva había una organización.

  4. Por otro lado, cuando Pablo fue convertido camino a Damasco, ¿qué fue lo que se le pidió? Que se presentase ante Ananías, uno de los líderes de la iglesia en Damasco. Después Pablo tuvo que viajar a Jerusalén para que las autoridades eclesiásticas confirmaran su llamado.

  5. Podemos ver que la iglesia apostólica tenía una estructura organizacional. Hoy día, como iglesia, también la tenemos. La organización es un principio divino en el cual ningún miembro hace lo que desea, sino lo que la cabeza ordena y entonces todo el cuerpo se mueve para alcanzar el objetivo del cuerpo como un todo.

  6. Si alguien dice que ama a Jesús, pero no se ajusta a la organización, no tiene sentido. Querer estar en el cuerpo de Cristo, pero hacer lo que quiere tampoco es coherente. Pablo dice: si el brazo dice que no es del cuerpo ¿por eso deja de ser del cuerpo?, no, sigue siendo parte del cuerpo.

  7. La unidad también tiene que ver con la organización o estructura de la iglesia. No existe una iglesia unida donde no hay una organización o estructura.


VI.  ALCANZAR LA UNIDAD

  1. La unidad no es un don que baja del cielo sin la participación humana. Aunque es un don del Espíritu, hay algunas cosas que tenemos que tener en cuenta si queremos que sea una realidad en nuestra vida. Veamos:

  2. El Espíritu no da la unidad por la fuerza a nadie. El Espíritu trabaja en el corazón para concientizarnos de las cosas que debemos hacer. Nos hace reconocer en qué hemos fallado, corregir nuestra actitud, pedir perdón al prójimo, etc.  El Espíritu no nos obliga, solo trabaja silenciosamente en el corazón.

  3. Nosotros tenemos que aceptar el trabajo del Espíritu en nuestra vida. Tenemos que usar el libre albedrío que Dios nos dio para permitir que el Espíritu nos hable. Si no deseamos oír su voz, corremos el peligro de endurecer nuestro corazón y cometer el pecado contra el Espíritu Santo.

  4. Nuestra relación con Cristo crece a medida que nuestra unidad se manifiesta. Cuanto más cerca vivamos de Jesús, tanto más cerca estaremos los unos de los otros como hermanos.


2.  Para que la iglesia viva una experiencia especial con Jesús, es necesario orar todos los días, estudiar su Palabra todos los días, y testificar. Cada miembro de la iglesia debe estar empeñado en traer a alguien a los pies de Cristo. Sin estas tres herramientas no existe comunión con Jesús. Una iglesia donde cada miembro no se preocupa por traer personas a Jesús tendrá que usar su energía en cualquier otra cosa y generalmente lo hará discutiendo asuntos que a veces no tienen la más mínima importancia.

V M -  “Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos; vivifícame conforme a tu misericordia. La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia” (Sal. 119:159, 160).


 

I.  INTRODUCCIÓN

  1. “LA MAYOR Y MÁS URGENTE de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra” (MS 1:141).

  2. La oración, el estudio de la Biblia y la testificación, son los tres elementos básicos de todo verdadero reavivamiento.

  3. Ya hemos estudiado la Oración como el corazón del reavivamiento; la Palabra como el fundamento del reavivamiento, el Testimonio y Servicio como frutos del reavivamiento; la Obediencia como el fruto del reavivamiento; la Confesión y Arrepentimiento como condiciones para el reavivamiento y la Unidad como el vínculo del reavivamiento.

  4. Hoy veremos la importancia del Discernimiento como el salvaguardia del verdadero reavivamiento. ¿Cómo se define la palabra discernimiento? Según el Diccionario Vox de la Lengua Española es la “acción de discernir” = “distinguir una cosa de otra por un acto especial de los sentidos o de la inteligencia”.

  5. No debemos dejarnos deslumbrar por las cosas espectaculares, con lo que brilla, con las luces, etc. Cuando el Señor buscaba un rey para Israel en los tiempos de Samuel, mira lo que dice 1 Sam. 16:7 – “Y Jehová respondió  a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. El discernimiento es muy importante, como salvaguarda del verdadero reavivamiento.


II.  LA VOLUNTAD DE DIOS Y SU PALABRA

  1. “Cualquier reavivamiento que enfatice la experiencia en vez del compromiso de obedecer la Palabra de Dios está errado”. ¿Cómo sabemos en qué consiste el verdadero reavivamiento?

  2. Juan 6: 63 – “El Espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.

    1. ¿Quién es el que da vida? El Espíritu. ¿Quién hace cosas que nada aprovechan? La carne.  ¿Cómo trae vida el Espíritu? “Las palabras que yo he hablado son espíritu y son vida”.



  3. El Espíritu jamás nos lleva donde no nos lleve la Palabra de Dios. El Espíritu nos llevará siempre a la Palabra de Dios. Ya hemos dicho muchas veces que la Palabra de Dios es el fundamento del verdadero reavivamiento, no son las emociones ni los sentimientos. Una iglesia que canta emocionada, pero no obedece la Palabra de Dios, no vive una experiencia genuina de arrepentimiento. Una iglesia obediente a la palabra puede perfectamente levantar sus manos al cielo y cantar emocionada.

  4. 2 Tim. 3:16, 17 – “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir , para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.


III.  EL AMOR DE DIOS Y SU LEY

  1.  Conocer a Jesús es todo. Esto lo dijo Jesús en su oración intercesora de Juan 17:3 – “Y esta es la vida eterna; que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”.

  2. El conocer a Jesús no es una experiencia romántica y teórica. Solo hay tres maneras de conocer a Jesús: orando, estudiando su Palabra y testificando.

  3. Juan 5:39 – “Escudriñad las Escrituras,  porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”.

    1. No existe manera de conocer a Jesús si no estudiamos la Biblia. La Biblia es la que da testimonio de Jesús. Es necesario abriera todos los días y buscarlo a través de sus páginas.

    2. El conocimiento de Jesús nos hace amarlo. Nadie puede amar a alguien que no conoce.

    3. ¿Qué hace el amor por Cristo? El amor por Cristo nos lleva a la obediencia. ¿Obediencia a qué?



  4. 1 Juan 2:3 al 5 – “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco y no guarda sus mandamientos el tal es mentiroso, y la verdad no está en él, pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado, por esto sabemos que estamos en él”.

    1. Hay una relación estrecha entre conocer a Jesús, amarlo, y obedecer sus mandamientos. Las tres son la misma experiencia.  Si el reavivamiento es nueva vida en Cristo, no existe el reavivamiento sin conocer, sin amar y sin obedecer a Jesús.



  5. Jesús murió en la Cruz del Calvario porque él nos ama y desea vernos felices. En esto se prueba el amor de Dios, en que él murió por nosotros. Jesús dejó todo en el cielo y vino a morir por nosotros en la Cruz.

  6. ¿Podemos comparar el amor de Cristo por su iglesia y el amor de su iglesia por Cristo?


IV.  FORMALISMO, FANATISMO Y FE

  1. El formalismo y el fanatismo son los extremos de la fe auténtica. Al enemigo le gusta llevar a las personas a los extremos. no quiere a nadie en el punto de equilibrio.

  2. En los tiempos de Cristo los fariseos habían caído en el terreno del fanatismo, amaban a las reglas, pero no amaban al Señor. Tenían una preocupación exagerada por lo que se veía por fuera, por el qué dirán. ¿Qué dirán los otros; qué pensarán? Somos el pueblo de Dios; tenemos que ser ejemplo, etc. Pero Jesús le dijo lo que está registrado en Luc. 11:39 – “Pero el Señor les dijo: ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de afuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad”.

    1. El problema de los fariseos tal vez no era la exagerada preocupación por los detalles exteriores, sino que no le daban la misma importancia a lo interior. Su vida exterior no era el reflejo de su vida interior. Habían caído en el terreno del fanatismo hipócrita.

    2. El otro extremo es el peligro de nuestros días, o sea, creer que la gracia de Jesús nos salva y que la conducta cristiana no tiene la más mínima importancia. Vivir en el pecado creyendo que la gracia de Cristo es la sábana que lo esconde todo. Creer que ir una vez por semana a la iglesia y participar del culto ya es suficiente. Esto es caer en el terreno del secularismo indiferente.

    3. El remedio para no caer en los extremos, ni en el fanatismo ni en el secularismo, es la fe en Cristo, fruto de la relación constante con Jesús.

    4. Cuando una persona fija sus ojos a Jesús experimenta un genuino reavivamiento, porque el Señor de la vida le imparte vida nueva. El peligro es confundir la emoción con el reavivamiento. No basta decir Señor, Señor, es necesario hacer la voluntad del Padre. La voluntad de Dios es que conozcamos a Jesús en una experiencia personal.



  3. ¿Cómo podemos saber si estamos en el terreno del fanatismo? Si empezamos a mirar a los otros y desear el cambio de ellos olvidándome de mí.

  4. ¿Cómo podemos saber si estamos en el terreno del secularismo?  Si nuestra vida religiosa se limita solo a ir a la iglesia sin tener una vida devocional personal.

  5. El reavivamiento genuino empieza con uno mismo. La persona que lo vive no se compara con los otros. Es como una braza viva que sin decir nada enciende al que está a su lado.


V.  EL SERVICIO Y LOS MILAGROS

  1. Aquí vemos la diferencia entre el falso y el verdadero reavivamiento. El falso reavivamiento se fundamenta en hechos prodigiosos o milagros, mientras que el auténtico en el servicio y el ministerio de amor entre los miembros de la iglesia y hacia las personas que no están en la iglesia.

  2. 2 Tes. 2:8 al 12 – Leerlo.

    1. Aunque estos versículos se refieren al poder religioso que tratará de dominar al mundo durante los últimos días, el principio del engaño es evidente. Aquí se habla de señales y de prodigios mentirosos. Dice que los únicos engañados son los que no amaron la verdad, o sea, los que no buscaron la palabra de Dios.

    2. Si no podemos confiar demasiado en los milagros, mucha gente se pregunta ¿Por qué Jesús hizo tantos milagros? Aunque Jesús hizo muchos milagros, su ministerio no consistía solo en hechos prodigiosos. Su ministerio tenía como foco principal la salvación del alma y no solo la salvación del cuerpo. Muchos lo siguieron por causa de los milagros. ¿Dónde estuvo esa gente cuando él fue crucificado? Todos lo abandonaron. Ese es el resultado de fundamentar la fe solo en hechos milagrosos.

    3. En el caso de la iglesia primitiva, donde también hubo muchos milagros, éstos fueron usados como herramientas que Dios le daba a la iglesia primitiva para despertar la  atención del pueblo.

    4. Los milagros no son malos. Dios es un Dios de milagros. El problema es creer que los milagros son evidencia de un reavivamiento, cuando no lo son. La verdadera evidencia es la vida transformada, misionera y dedicada de cada miembro.




VI.  FRUTOS Y DONES

  1. Cuando una persona recibe a Cristo es reavivada, los frutos aparecen en forma natural en esa vida.

  2. Juan 15:5 – “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva muchos frutos; porque separados de mí nada podéis hacer”.

  3. Gal. 5:22, 23 – “Mas el fruto del Espíritu es amor, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley”.

    1. El fruto es singular. ¿Por qué?  Porque el fruto del Espíritu es el amor. Del amor surgen todos los otros atributos o frutos.



  4. Cuando Jesús concede vida al cristiano le da dones, que son diferentes de los frutos.

  5. Efe. 4:11 – “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”.

  6. Los dones del Espíritu pueden dividirse en dos categorías: algunos dones son cualidades, otros son vocaciones. Por ejemplo: Los dones de ayuda, hospitalidad, exhortación y enseñanza son cualidades.  Los dones de apóstoles, profetas, evangelistas y pastores/maestros son vocaciones. Ambas categorías sirven para fortalecer la vida espiritual de la iglesia y equiparla para cumplir su misión.

  7. 1 Cor. 12:4 al 7 – “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”.

    1. Estos dones que Dios da a sus hijos son para el crecimiento de su iglesia; para el servicio de amor que la iglesia necesita prestar al mundo. Los dones son las habilidades que reciben aquellos que están en Cristo.

    2. Los frutos del Espíritu son la evidencia que estamos en Cristo.

    3. El peligro está en confundir la evidencia con las habilidades. La evidencia de que estamos bien de las piernas es que podemos andar. Dominar la bola con las manos o con los pies es una habilidad.




8. El falso reavivamiento da exagerada importancia a los dones, el verdadero reavivamiento da importancia a los frutos, sin menospreciar los dones.

 

LA IGLESIA UNIDA JAMÁS SERÁ VENCIDA PORQUE CRISTO ES LA CABEZA DE SU IGLESIA.


EN LA UNIDAD ESTÁ NUESTRA FUERZA Y VICTORIA.


Preparado por Marcos Bandas Acosta, Maestro Clase 17 (Balcón) – sábado 17 de agosto de 2013.

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