domingo, 27 de octubre de 2013

La ley termino con Juan

¿Quiere decir Lucas 16: 16, que la ley termino con Juan?

El texto dice: “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él”.  En realidad, este texto no afirma que terminaron o dejaron de tener valor “la ley y los profetas”. Quiere decir  que esos escritos eran los únicos documentos que contenían, hasta ese entonces, lo revelado por Dios respecto de su reino. Para anunciarlo y convencer a los hombres de su realidad, eran necesarias las enseñanzas y las profecías irrebatibles ofrecidas en “la ley y los profetas”. ¿Qué fuerza podía tener esa prédica sin los profetas?

Al recordar algunas expresiones de Jesús, entendemos que para él “la ley y los profetas”,  lo que hoy llamamos el Antiguo Testamento, no pudieron haber terminado. Indicó su permanencia cuando ordenó escudriñar las Escrituras, porque ellas daban de El (Juan 5: 39). Afirmó que la ignorancia de las Escrituras eran la causa del error (Mat. 22: 29). Reiteró su importancia cuando dijo, citando a Deuteronomio 8: 3: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4: 4). Para explicar el Evangelio a dos discípulos preocupados y luego a los once, “les declaraba en toda las Escrituras lo que de él decían” (Véase Luc. 24: 25-47).

Los apóstoles recomendaron el estudio de las Escrituras y declararon su utilidad (2 Tim. 3 15-17); afirmaron que fueron escritas para nuestra enseñanza (Rom. 15: 4). Sostuvieron que la palabra profética era una antorcha a la que había de estar atentos (2 Ped. 1: 16-21). En fin, “la ley y los profetas “eran escrituras tan importantes que se las cita 280 veces en el Nuevo Testamento. Por lo dicho, queda claro que esa expresión de Jesús significaba que la “ley y los profestas” era todo lo que hasta entonces había sido revelado tocante al reino de Dios.

sábado, 26 de octubre de 2013

No estamos bajo ayo Gálatas 3: 25

Yo creo que no es necesario guardar el sábado por que Gálatas 3: 25 dice que “ venida la fe, ya no estamos bajo ayo”; ¿qué opina usted?

Admitamos por un momento que al estar en la fe ya no tenemos nada que ver con la ley, y que por esa razón podemos desobedecer el mandamiento del sábado. Sería razonable preguntarse: ¿por qué no podríamos desobedecer los otros nueve por la misma razón? ¿Por qué no podríamos matar, robar, adorar dioses ajenos, ser idólatras, en fin desobedecer cualquiera de los Diez Mandamientos y no solamente el del sábado? Nadie admitiría eso, porque todos consideramos que el ladrón, o el adultero, o el idólatra es un mal para la sociedad. Los que hacen tales cosas no están en la fe. Así pues, si el análisis del argumento lo refuta, algo debe estar equivocado en él. Veamos, entonces, dónde está la equivocación.

Las Escrituras dicen: “Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de el: porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado”( Romanos 3:20). Aquí descubrimos la razón del error, o sea: afirmar que la ley podría justificar, cuando su única misión es enseñar qué es el pecado. La ilustración del apóstol, es magnífica al decir que “la ley ha sido nuestro ayo ---Conductor---, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gálatas 3: 24)

Un “ayo” es la persona encargada de criar y educar a niños y a jóvenes. Del mismo modo, la ley de Dios cumple su única y verdadera misión cuando nos enseña la voluntad de Dios. “ Y conoces su voluntad (la de Dios), e instruido por la ley apruebas lo mejor”( Rom. 2:18). Cuando la ley ha cumplido su definido y único cometido, o sea, enseñarnos la voluntad de Dios, entonces, nos lleva a Cristo, el único que puede perdonar todo Nuestros pecados o desobediencias a la ley de Dios (1 Juan 3:4).

“Más venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gál. 3: 25, 26). Al no estar bajo ayo, ¿Significaría que ahora podemos desobedecer la ley de Dios? De ninguna manera, porque la fe no invalida la ley, sino la confirma (Rom. 3 31; 1 Juan 3: 24; 5: 3).

Para hacerlo más claro, ejemplifiquemos la ilustración del apóstol. Tomemos a los jóvenes que asisten a una universidad con el fin de ser médicos. Se encuentran bajo ayos, sus profesores, quienes les enseñaran todo lo necesario para cumplir correctamente con esa profesión. Cuando los “ayos” comprueban, a través de años rígidos exámenes y muchas prácticas, que el alumno aprendió medicina, lo gradúan. Este abandona aulas y ayos porque ahora es doctor. Ya sabe lo que debe hacer y no necesita a sus ayos. ¿Significa eso que ahora podrá hacer lo que se le ocurra en la medicina? Algunos lo han hecho y por ello perdieron su derecho a ejercer la profesión. No son más doctores. La rebeldía a la enseñanza de sus ayos, les costó su título.

Algo semejante sucede con la ley de Dios. En calidad de “ayo” nos enseñó qué debíamos hacer para ser hijos de Dios pues no lo éramos. Para que podamos serlo, nos llevó a Cristo y “venida la fe, no estamos más bajo ayo”. ¿Olvidaremos lo que nos enseño el “ayo” por estar con Cristo? Porque recibimos el perdón de todos nuestros pecados, ¿nos sentiremos autorizados a desoír todo lo que nos enseñó el “ayo”? De ninguna manera, porque si estamos con Cristo somos nuevas criaturas, las cosas viejas, nuestra vida de pecados, o desobediencias pasamos de desobedientes a obedientes. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4: 13). El poder de Cristo en nosotros hace posible esa maravillosa realidad.

viernes, 25 de octubre de 2013

Cristo es el fin de la ley. Romanos 10: 4

En Romanos 10: 4, dice que el fin de la ley es Cristo,

¿Quiere eso decir que Cristo abolió la ley de Dios?

La palabra “fin” que se traduce del término griego tellos, en ambos idiomas tiene dos significados: el de finalización de algo, o el de propósito u objetivo. Así decimos: “El accidente que dejó inválido a mi amigo puso fin a su carrera”. Aquí el sentido es determinación. Si decimos: “Viajé con el fin de solucionar aquel pleito”, le damos a la misma palabra el sentido de propósito. En Romanos 10:4, ¿Cuál de los dos significados tiene la palabra fin?

Si dejáramos que tiene el sentido de terminación de la ley, nos encontraríamos con que le apóstol se contradice a sí mismo, dado que a  través de toda la epístola reconoce la vigencia de la ley de Dios.

En Romanos 7:7, dice que habría sabido que la codicia era pecado “si la ley no dijera: No codiciarás”. En Romanos 13:9, 10 afirma que el amor al prójimo conduce a la obediencia de la ley de Dios, y cita cinco mandamientos: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio y no codiciarás; o sea, cita del sexto al décimo mandamiento. Y como para indicar que había otros que no mencionó, dijo: “y cualquier otro mandamiento…” En efecto, hay otros cinco. En el capítulo 2: 17-23, el mismo libro, vuelve a reconocer la existencia de la ley al citar el pecado del adulterio y la idolatría, pecados señalados por el séptimo y el segundo mandamiento, respectivamente.

En otras declaraciones de la misma epístola, el apóstol Pablo demuestra que para él la ley de Dios seguía existiendo. En Romanos 3:20 dice que “por la ley es el conocimiento del pecado” (Rom. 4: 15; 5: 13). Por lo tanto, cada vez que usa en su epístola la palabra pecado, se refiere a la desobediencia de la ley de Dios. Así pues para el apóstol la ley existía y la llamó “santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Rom. 7: 12).

Al notar con tanta claridad que Pablo reconoce definitivamente la existencia de la ley de Dios en ésta y en todas sus epístolas, no podríamos admitir que en Romanos 10: 4 dijera que la ley había terminado con Cristo. Por lo tanto, concluimos que este pasaje la palabra “fin” tiene el sentido de “objetivo o propósito”. “Por qué el fin (propósito) de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”.

En efecto, advertidos por la ley de Dios, descubrimos que somos pecadores, o sea, desobedientes de los Diez Mandamientos. Al comprenderlo, encontramos que “la paga del pecado es la muerte” (Romanos 6:23), por lo cual sabemos que estamos perdidos. La ley nada puede hacer para perdonar nuestros pecados, pero cumple el propósito: hacernos entender que necesitamos a Cristo, quien salvará a todo el que cree.



domingo, 20 de octubre de 2013

No somos justificados por las obras de la ley

A causa de que somos justificados por la fe y no por las obras de la ley, ¿Por qué es necesario guardar el sábado?

Es verdad que somos justificados por la fe y no por las obras de la ley, porque la ley de Dios no tiene recursos para justificar al transgresor. El único propósito de la ley de Dios, los Diez Mandamientos, es señalar lo que es pecado o es contrario a la voluntad de Dios. Por ejemplo si robamos, pecamos, porque la ley de Dios dice: “No hurtaras”. Nuestros robos no se justifican por que dejemos de robar, o porque seamos generosos, o porque hagamos todo lo que la ley dice. El perdón, que es la justificación, se recibe por la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo, no en virtud de alguna obra.

Santiago compara la ley de Dios con un espejo (Santiago 1: 22-25). Sabemos que un espejo solamente puede mostrarnos las manchas, nunca lavarlas. Se necesita agua y jabón para lavarlas. ¿Qué diríamos de alguien que desecha o rompe el espejo porque éste no puede limpiarlo? Del mismo modo, la ley de Dios es el “espejo” que muestra nuestros pecados pero, como el espejo, no puede lavarnos o justificarnos. Solamente nos hace entender que necesitamos lavarnos, y el único que podrá hacerlo es Cristo, quien por la fe en su sacrificio justifica nuestras transgresiones. Es decir somos justificados sin las obras de la ley.

Lo dicho, nos hace entender que necesitamos de ambas: la ley, que nos muestra la verdadera condición de nuestra vida frente a Dios, y la fe en el sacrificio de Jesús, que nos perdona y otorga su justicia. Ese acto de misericordia inmerecida, el perdón por la fe en Jesús, despierta un amor profundo hacia Él, y produce el resultado indicado por el Señor mismo cuando dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” ( Juan 14:15). De modo que sólo la obediencia es el fruto maravilloso de la fe verdadera (Rom. 3:31).

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Bajo la gracia no es necesario observar el sábado

¿Es verdad que ahora no es necesaria la observancia del sábado, pues ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia?

Si fuera verdad que la gracia nos exime de guardar el sábado, o sea de la observancia al cuarto mandamiento, la misma gracia nos permitiría desobedecer cualquiera de los otros nueve mandamientos. Sin embargo, observamos que todas las congregaciones cristianas enseñan que aquéllos deben ser obedecidos, y reconocen el hecho de la obediencia como prueba de la salvación lograda por la gracia. De manera que concluimos que estar bajo la gracia no es vivir con autorización para desobedecer la ley de Dios, sino recibir el poder divino que nos habilita para obedecerla.

El que vive bajo la gracia es el que ha aceptado el perdón de sus pecados por la fe en el sacrificio de Jesús. El perdón es gratuito, o sea, de gracia. Viene al caso la pregunta del apóstol Pablo que él mismo contesta: “¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Rom. 6:12). Vale decir que el perdón recibido por gracia no nos es dado para que sigamos pecando. Ya no vivimos para pecar, estamos muertos al pecado.

¿Qué acciones constituyen pecado? “Todo aquel que comete pecado, infringe la ley, pues el pecado es infracción de la ley” pues el pecado es la infracción de la ley” (1 Juan 3:4). Y para que sepamos a qué ley se refiere, citamos Romanos 7:7: “ Pero yo no conocí el pecado son por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás” es el décimo mandamiento de la ley de Dios. De manera que si estamos muertos al pecado, significa que por la gracia de Dios ya no vivimos pecando voluntariamente. Así como el apóstol Pablo supo que la codicia es pecado, y la abandonó, podemos saber que la idolatría es pecado, porque así lo indica el segundo mandamiento; también sabemos que matar es pecado, porque lo dice el sexto mandamiento. Lo mismo podríamos decir de cada uno de los Diez Mandamientos incluyendo también el cuarto mandamiento el que ordena observar el sábado Éxodo 20.

Concluimos que vivir bajo la gracia no solamente es recibir el perdón gratuito de nuestros pecados o desobediencias a la ley de Dios, sino que también es recibir el poder de su gracia para vivir una nueva vida. “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Cor. 12:9)

Salvación por obras y por la gracia

Salvación por obras y por la gracia

¿Es verdad que el Antiguo Testamento enseña la salvación por las obras, y el Nuevo Testamento, por la gracia?

Cuando Adán y Eva pecaron, en su primer encuentro con Dios se les prometió la salvación por la gracia. Se les advirtió que habría una dura lucha entre los seres humanos y la serpiente, el diablo, pero también se les prometió una victoria terminante mediante la simiente de la mujer, con la que heriría mortalmente al engañador (Gén 3:15). El Nuevo Testamento explica que esa simiente “es Cristo”(Gál. 3:16). Por lo tanto, cada vez que ellos, y luego sus descendientes, sacrificaban un cordero sobre el altar, manifestaban su fe en el Redentor prometido, cuya salvación se ofrecía por gracia. Solamente debían creer en la promesa de  Dios y eran perdonados. El sacerdote hebreo ofrecía al sacrificio simbólico que por gracia daba el perdón al creyente. El sacerdote intercedía ante Dios en favor del pecador al ofrecer la sangre de la víctima inocente.

Cuando Jesús fue a Juan el Bautista para ser bautizado, éste lo presentó diciendo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). En la epístola a los hebreos, se explica en forma admirable y clara ese hecho: Cristo, como el sacrificio como el sumo sacerdote que intercede por nosotros en virtud de su sacrificio. (Hebreo 7: 25; 8: 1-3).

Por otra parte, afirmar que el Antiguo Testamento ofrece la salvación por las obras de la ley, y que el Nuevo la ofrece por la gracia, sería acusar a Dios de cometer una equivocación y fracasar, sería afirmar que ante el fracaso del sistema del Antiguo Testamento, Dios lo cambió por otro más fácil, el de la gracia. El apóstol Pedro no acepta tal equivocación, pues afirma que somos rescatados “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación; ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postrimeros tiempos por amor a vosotros’’ (1 Ped. 1:18-20)* Así pues, el antiguo y el Nuevo Testamento ofrecen al pecador la salvación por la gracia de Dios manifestada en Cristo.

El antiguo testamento y 2 Corintio 3:14

El antiguo testamento y 2 Corintio 3:14


Si se afirma que el Antiguo Testamento no está abolido,


 ¿Qué significa lo expresado en 2 Corintio 3:14?


2 Corintios 3:14


Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.


Reina-Valera 1960 (RVR1960)


En primer lugar, el apóstol Pablo no podrá haberse referido a lo que nosotros hoy llamamos Antiguo Testamento, porque no se llamaba así la parte de la Biblia escrita antes de Cristo. Por otra parte, el Nuevo Testamento no se había escrito todavía, solamente se había comenzado a escribir alguna de sus partes. Por lo tanto, lo que algunas versiones –no en todas—se llama el “antiguo testamento”, en este versículo es solo una expresión que se refiere al “pacto antiguo”, que el apóstol presenta en contraste con el “nuevo pacto” mencionado en el versículo 6 del mismo capítulo.

Obsérvese, además, que lo “quitado” por Cristo no es el “antiguo testamento” sino el “velo” que impedía a muchos aprender la lección ofrecida en él (2 Cor. 3:15,16). Era el velo de las tradiciones y prejuicios que a muchos les impedía comprender que Jesús era el “verdadero Cordero de  Dios, que quita el pecado del mundo (Juan 1:29); ese velo de prejuicios y tradiciones no los dejaba aceptar a Cristo como el garante del nuevo pacto en lugar del cordero que era sacrificado como garante del antiguo pacto.

Así como Jesús necesitó valerse del Antiguo Testamento, o sea de “Moisés, los profetas y los Salmos” (Luc. 24: 27,44), para demostrar su identidad y su obra, nosotros también lo necesitamos. Si anuláramos el Antiguo Testamento, ¿Con que probaríamos que Jesús es el Cristo?

El Nuevo Testamento es verdadero por que el también el Antiguo. Un Testamento no anula al otro, sino que complementan maravillosamente. Así pues, el Antiguo Testamento sigue siendo la Palabra de Dios.

 

domingo, 13 de octubre de 2013

El Antiguo Testamento y su valor para los cristianos

¿Tiene aún valor el Antiguo Testamento para los cristianos?


                Algunos cristianos han llegado a creer, por diversos motivos, que le Antiguo Testamento ha perdido su importancia como fuente para enseñar la doctrina cristiana, y que por lo tanto, no es necesario. Piensan que lo que importante es el Nuevo Testamento.

Para responder, recordemos algunos hechos fundamentales que se pasan por alto o quizás se desconocen:

  1. El Nuevo Testamento es un conjunto de escritos basados en el Antiguo Testamento. Los escritores del Nuevo Testamento lo citan constantemente para confirmar la doctrina del evangelio. Como término medio, un versículo de cada siete es una cita o una referencia al Antiguo Testamento. Para Jesús y los apóstoles era la Sagrada Escritura (2 Tim. 3:15); era la Escritura inspirada por Dios (2 Tim. 3:16); era la Palabra de Dios que había que guardar (Luc. 11:28); era el Evangelio anunciado por los “profetas en las Santas Escrituras” (Rom. 1: 2,3). En fin, era la clave para indicar la personalidad de Cristo. ( Luc. 24: 25-27, 44-47).

  2. Antes que el Nuevo Testamento estuviera escrito, Jesús ordenó escudriñar las Escrituras (Juan 5: 39); afirmó que eran bienaventurados los que “oyen la palabra de Dios y la guardan” ( Luc. 11:28). Cuando el apóstol Pablo recomendó las Escrituras y afirmó que eran inspiradas, se refería únicamente al Antiguo Testamento (2 Tim. 3: 15-17); del mismo modo cuando decían que enseñaba “conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15: 3,4).

  3. El Nuevo Testamento que fue escrito entre los años 40-96 DC, recién comenzó a ser citado por escritores cristianos después del segundo siglo, es decir, a partir del año 200 DC. Vale decir, que durante dos siglos el Antiguo Testamento fue el único documento para defender la realidad y la verdad de Cristo y su  Evangelio.


Atenidos a estas evidencias tan claras, es un error grave afirmar que el Antiguo Testamento hoy nada tiene que ver con la enseñanza del Evangelio. Desecharlo es abrir la puerta a interpretaciones equivocadas.

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Biblias con errores o agregados

Gracias al extremo cuidado de los copistas de la antigüedad, no se infiltraron errores de concepto ni agregados. Cuando los antiguos escribas copiaban el texto sagrado de los libros de los profetas, respetaban reglamentos muy rigurosos, y, debido a esto, prácticamente era imposible que de deslizaran errores, Además los creyentes consideramos que la providencia divina cuidó de su Palabra a través de los siglos.


Como si Dios deseara dar pruebas a sus hijos de que no hay errores ni agregados en la Biblia, en forma providencial preservó durante 1900 años antiquísimos manuscritos bíblicos en unas cuevas de las montañas que bordean la costa oeste del Mar Muerto, en Palestina. Habian pertenecido a la biblioteca de una comunidad religiosa judía que los escondió allí para salvarlos de la posible destrucción a manos de los ejércitos romanos, contra quienes luchaban hacia el año 68 de nuestra era.


Esos numerosos manuscritos hebreos descubiertos en 1947 abarcan casi todos los libros del Antiguo Testamento. Se destacan dos rollos del libro de Isaías casi completos; todavía estaban dentro de los jarrones en que habían sido guardados y depositados. Los eruditos que los examinaron, declararon que muchos de ellos fueron escritos entre cien y docientos años antes de Cristo. Vale decir que eran aproximadamente 2.200 años más antiguos que los manuscritos hebreos que se tenían en 1947. Al compararlos, se comprobó que no habían errores ni agregados que hayan modificado el texto sagrado.


Con todo el material manuscrito que ya se tenía, enriquecido con los valiosos hallazgos de 1947, podemos decir con seguridad que el texto bíblico es auténtico y correcto, por lo tanto, debemos estudiar la Santa Biblia con confianza, sabiendo que sigue ofreciéndonos, en verdad, la Palabra de Dios.


Ministerio Compartiendo La Verdad


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¿Es verdad que hay varias clases de Biblias?

La Santa Biblia es una sola, lo que sucede es que hay diversas versiones y traducciones: las de los eruditos católicos, aprobadas por la Iglesia Católica, y las de los eruditos cristianos no Católicos. Ambos grupos son eruditos en el conocimiento del hebreo y griego, idiomas originales del Antiguo y del Nuevo Testamento, respectivamente, y tuvieron a su disposición los mismos manuscritos cristianos. De modo que aunque a veces usan palabras diferentes, el sentido es el mismo en todas las versiones conocidas, excepto la “Versión del Nuevo Mundo” de los testigos de Jehová que no es aconsejable por ser tendenciosa.


Debemos, señalar sin embargo, una diferencia que surgió en el Concilio de Trento (1546) cuando las autoridades católicas decretaron incluir siete libros en el Antiguo Testamento: Tobías, Judit, La Sabiduría, El Eclesiástico, Baruc y 1 y 2 Macabeos, además de algunos capítulos añadidos al libro de Ester y al de Daniel. Se trata de libros históricos de autores hebreos, pero no reconocidos por éstos como del canon sagrado. San Pablo afirmó que “la palabra de Dios les fue confiada a los judíos” (Romanos3:2), pero aunque Jesus los reprendió por muchas cosas en las que habían faltado, nunca los recriminó por haber anulado o perdido alguno de los libros sagrados.


La lista de los 39 libros del Antiguo Testamento reconocidos como sagrados en los días de Jesús, fue reconocida por destacados cristianos como Melitón de Sardis, en el año 177; Origenes, 230; Atanasio, 326; Cirilo, 348; Rufino y Jerónimo, 395 y otros.


La misma Iglesia Católica reconoce una diferencia entre estos agregados a los 39 libros canónicos al llamar a aquéllos “deuterocanónicos”, o sea de “segunda inspiración”. Los cristianos no católicos los llaman “apócrifos” o sea de autores Inciertos.


viernes, 11 de octubre de 2013

Asesino de Joven Adventista Buscaba Victimas en Facebook*

Walter Vinader: ocho procesos penales y un posible vínculo con redes de trata

El único detenido por la desaparición de Araceli Ramos fue condenado por violencia contra su ex pareja

El ex prefecto Walter Vinader, de 37 años, es el único detenido por la desaparición de Araceli Ramos. El hombre cuenta con ocho procesos penales en su contra, dos condenas y un posible vínculo con una red de trata. Habría contactado a la víctima por Facebook y le habría ofrecido un trabajo de $4000.

Según los indicios reunidos por los investigadores policiales, serían firmes las sospechas de que la secuestró para entregarla a una red de trata de personas. Fuentes del caso dicen que Walter Vinader, ex cabo de la Prefectura, convenció a Araceli para que fuera a la casa de Puan 3754, en Caseros, antes de cederla a una organización delictiva.

Los responsables de la pesquisa habrían fundado esta presunción en el hallazgo de un videochat entre el imputado y la joven estudiante desaparecida hace once días, y de una foto en la PC del acusado.

La sospecha sobre la posibilidad de que Vinader haya secuestrado a Araceli para entregarla a una red de trata estaría respaldada por una serie de indicios que figuran en un sumario administrativo que se le hizo en la Prefectura.

 
Walter Vinader es el único detenido hasta el momento. Foto: Facebook



ANTECEDENTES DE VIOLENCIA Y DOS CONDENAS


En la investigación se incorporaron elementos que indicarían que Vinader sería un hombre violento.Tuvo ocho procesos penales en su contra y fue condenado en dos. Cuando en febrero de 2011 un grupo de efectivos de la policía lo detuvo para que cumpliera la penas de tres años de prisión a la que había sido condenado por falsificar el DNI de un compañero para sacar un crédito, que nunca pagó, le secuestraron una mochila.

Según fuentes policiales, dentro de esa mochila Vinader llevaba una masa y varias fotocopias de afiches en los que atacaba con frases hirientes a una mujer.

A partir de los datos que había en el panfleto, los policías localizaron a la mujer, quien reconoció que había mantenido una relación afectiva con el ex prefecto, pero cuando decidió ponerle fin por los episodios de violencia sufridos el ex prefecto comenzó a extorsionarla y a acosarla. Vinader fue condenado a dos años y diez meses de prisión a raíz de la denuncia de esa mujer.

Luego de revisar los diversos sumarios contra Vinader, los investigadores encontraron dos elementos en común que pondrían al descubierto su forma de actuar.

"Aparentemente se acercaba a las mujeres a las que conocía a través de distintas redes sociales. Algunas de esas mujeres habrían sido secuestradas para entregarlas a una red de trata de personas, mientras que en otros casos el acusado se dedicaba a ganarse la confianza de las víctimas para extorsionarlas y sacarles objetos de valor o hasta una casa", explicó uno de los investigadores.

Asesinan Joven Adventista

EL paradero de Araceli Ramos, la chica de 19 años que fue a una entrevista laboral y desapareció en Caseros, sigue siendo un misterio.


Araceli partió de su casa ubicada en Florida al 500, en la localidad bonaerense de Loma Hermosa, pasadas las 14.30. Luego de buscar por Internet y en los clasificados, la joven se dirigió a Puán al 3700 convencida de que había concretado una entrevista laboral.


Como demoraba, su mamá Griselda y un grupo de compañeros fueron hasta el lugar, pero se encontraron con una casa abandonada. Un vecino les comentó que la vivienda había sido deshabitada al menos hacía 15 días.


Griselda, contó que el martes al mediodía decidió ir a la comisaría 11 de Remedios de Escalada a realizar la denuncia. No se la tomaron y le dijeron que antes vaya a buscar en los hospitales de la zona. Lo hizo, pero no la encontró, por lo que volvió a la comisaría. Le pidieron una foto, mostró el DNI de su hija y le volvieron a rechazar la denuncia. Después de exigirle que presente otra imagen, finalmente ayer quedó radicada la denuncia.


La madre de Araceli contó que la casa donde se tenía que dar el supuesto encuentro laboral tenía otra vivienda prefabricada arriba. Griselda y los amigos de la joven consultaron a varios vecinos sobre la identidad de los habitantes de ese lugar. Todos coincidieron en que estaba deshabitada hacía, al menos, 15 días.


UN VECINO DICE QUE LA VIO


La mujer contó que un vecino de la vivienda a la que habría ido la joven la llamó para decirle que la había visto, pero ella sostuvo que no puede ser su hija porque no estaba vestida de la manera que la describieron cuando desapareció (llevaba un jean negro con remera y zapatillas grises).


"Hay vecinos que dicen una cosa y otros, otra; no sabemos quien vive ahí. Fuimos a sacar fotos al lugar, no había nadie, dicen que no vive nadie. Está cerca de la Villa Carlos Gardel, no sabemos lo que pasó y estamos muy preocupados", añadió..















Walter Vinader, el detenido del caso Araceli Ramos


El ex prefecto es el único acusado por la desaparición de la adolescente y de una anciana.La nieta del Aida Amoroso afirmó que “Vinader tiene la típica sonrisa de una persona cínica".Walter Vinader es el único detenido en el caso de Araceli Ramos y también es el acusado por la desaparición de Aida Amoroso, mujer dueña de la casa donde citaron a la joven.La nieta de la anciana confesó haber vivido un ataque de nervios al encontrarse con Walter Vinader en los tribunales. “Tiene la típica sonrisa de una persona cínica”, afirmó."Me enfrenté con Vinader, fue confuso. Estaba esperando para declarar me bajó la presión y lo vi entrar me quedé dura le grite por mi abuela", relató Solange.


El ex prefecto Walter Vinader, detenido en el marco de la investigación por la desaparición de Araceli Ramos, de 19 años, aseguró este jueves que desconoce el paradero de la joven.


"No sé dónde está Araceli", dijo Vinader a los periodistas momentos antes de ingresar para ser indagado en la causa por el fiscal Enrique Velazco Cerviño, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de San Martín.


El ex cabo primero del Grupo Albatros de la Prefectura Naval, de 39 años, es sospechoso de tener relación con la desaparición de Araceli, cuyo paradero se ignora desde que el 30 de septiembre pasado acudió a una entrevista laboral en una vivienda de la calle Puán al 3.700, en la localidad bonaerense de Caseros.


En esa vivienda se hallaron huellas de Vinader, a quien además se le detectaron numerosas llamadas telefónicas con la chica. La dueña de la vivienda, una mujer mayor, también se encuentra desaparecida.


ANIMAL


Hallazgo clave en la casa que ocupaba el ex prefecto detenido


"Encontraron desechos toxicológicos de Araceli en la casa de mi abuela", dijo una nieta de Aída Amoroso, la mujer de 80 años dueña de la vivienda de Puán 3754, adonde Araceli había ido a una entrevista de trabajo


Habrían encontrado rastros genéticos de Araceli Ramos en la casa de Puán 3754, Caseros, adonde la joven había ido a una entrevista de trabajo de la que nunca volvió. La información fue revelada por una nieta de Aída Amoroso, la mujer de 80 años dueña de esa vivienda, quien también está desaparecida.


"Aparentemente encontraron desechos toxicológicos en la casa de mi abuela. La verdad, no sé qué decirle, es todo muy... Muy mal", dijo, en diálogo con radio La Red .


"No entiendo lo que está pasando", agregó.


El 30 de septiembre pasado, Araceli Ramos salió de su casa -situada en Loma Hermosa- a las 14.30. Dejó una nota en la que avisaba que la habían citado en Puán 3754 por una entrevista de trabajo. Como no regresaba, su madre, Griselda, comenzó a llamarla por teléfono.


Como Araceli no contestaba el celular, la mujer decidió ir a la dirección que figuraba en la nota: Puán 3754, Caseros. Se encontró con que había una vivienda deshabitada.


Cuatro días más tarde, efectivos de una comisaría de San Martín allanaron la vivienda, pero no hallaron rastros de Araceli. Tampoco encontraron a la dueña de la casa, Aída Amoroso.


Los investigadores se llevaron una botella de cerveza, en la que los peritos hallaron huellas digitales de Walter Vinader, un ex prefecto de 37 años, hoy, único detenido.


Vinader es amigo del hijo de una amiga de Aída Amoroso. Según vecinos de Puán 3754, frecuentó la casa hasta las últimas semanas.


Vinader tenía más de 20 llamadas telefónicas con Araceli. Creen que se conocieron por medio de Facebook y que él le ofreció un trabajo por un sueldo de $ 4000.


Hoy, la nieta de Aída Amoroso que habló en radio La Red contó que lo conocía, que lo vio por última vez en agosto, el fin de semana del Día del Niño. Recordó que "se mostraba muy cariñoso, muy afectivo" con su abuela y dijo: "Yo le creía". Enseguida lanzó: "Es un enfermo total".


UNA FOTO COMPROMETEDORA


Vinader tenía una imagen de Araceli en su perfil de Facebook



  • Araceli Ramos // Desaparecida
    Profesión : estudiante
    Edad: 19 años
    Domicilio: Loma Hermosa
    Búsqueda desesperada
    Hace 11 días que nadie tiene noticias de Araceli. Fue a una entrevista por un trabajo en Puán 3754. Cuando su madre fue a la vivienda comprobó que la casa estaba deshabitada. En la comisaría tardaron dos días en tomarle la denuncia.



  • Walter Vinader // Único detenido
    Profesión: ex prefecto
    Edad: 37 años
    Comprometido
    Tenía más de 20 llamadas telefónicas con Araceli. Creen que la conoció por medio de Facebook y que le ofreció un trabajo por un sueldo de $ 4000.


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jueves, 3 de octubre de 2013

¿Qué está haciendo Jesús ahora?

¿Qué estás haciendo, papá? Es la pregunta que muchas veces he escuchado de labios de mis hijos. Incluso mi hijo Gabriel, que ya es una persona adulta, cuando me llama por teléfono me hace la misma pregunta. Pareciera que hay un gran interés de parte de nuestros seres queridos en saber qué estamos haciendo. Cuando estoy de viaje y converso con mi esposa, una de las preguntas que nos hacemos el uno al otro es: “¿Qué estás haciendo, mi amor?”

De igual manera, todo buen cristiano desea saber lo que está haciendo Jesús en el cielo. La mayoría de los cristianos están familiarizados con el Jesús histórico. El Jesús del pasado. Aquel que, como dice la Santa Biblia, vino en el preciso momento, en el cumplimiento del tiempo (Gálatas 4:4). Muchos conocen al Jesús de Galilea, el que nació en Belén de Judea y fue sometido a escarnios y finalmente crucificado. La mayoría de los cristianos sabemos que ese Jesús que nació en Belén y que murió en el Gólgota no quedó en la tumba, sino que resucitó y subió al cielo y se sentó a la diestra de Dios el Padre (S. Marcos 16:19). Muchos saben lo que Jesús hizo. Pero, se ha hecho usted la pregunta: ¿Qué está haciendo ahora Jesús en el cielo? Afortunadamente no necesitamos conjeturar respecto a esta pregunta. La Biblia no nos ha dejado a oscuras en cuanto a la obra de Jesús en la tierra . . . y tampoco en cuanto a la obra que hoy está haciendo en el cielo. La Biblia es muy clara cuando describe el ministerio de Jesús después de su ascensión al cielo (Hebreos 4:14-16).

Las Sagradas Escrituras enfatizan dos aspectos principales del ministerio de Cristo en favor de usted y de mí: Su sacrificio expiatorio y sustitutivo por nuestros pecados en la cruz del Calvario y su obra intercesora en el Santuario celestial. La Biblia usa el simbolismo del Santuario terrenal para presentar la naturaleza del ministerio de Jesús en la tierra y en el cielo. En el Santuario terrenal todo el plan de la salvación estaba expresado en forma de símbolos y tipos. Por eso, el tema de la obra de Cristo en el Santuario celestial merece suma atención. Todo estudiante serio de la Biblia descubrirá en el estudio del santuario no solo el sacrificio de Jesús en forma de símbolos, sino también su ministerio sacerdotal en el Santuario celestial. Todo cristiano que ama a Jesús se interesará en conocer estos aspectos tan vitales del plan de la redención.

“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”.


¿Porqué un santuario en la tierra? ¿Cuál era el propósito de Dios cuando le pidió a Moisés que hiciera un santuario? "Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos" (Éxodo 25:8). Desde la caída del hombre y su subsiguiente expulsión del Edén (Génesis 3:23), Dios ha estado tratando de restaurar la relación perfecta que existía entre los seres humanos y su Creador. Esta hermosa armonía fue rota por causa del pecado (Isaías 59:2). El pecado hizo separación entre Dios y sus hijos, a tal punto que Dios tuvo que echar a Adán y a Eva fuera del jardín en el cual ellos se encontraban diariamente con él. El plan de salvación de la raza humana fue puesto en marcha en la creación del mundo (Efesios 1:4). La promesa de la victoria fue hecha en Génesis 3:15: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya”. Esta victoriosa declaración es reconocida por muchos teólogos como un anuncio evangélico, o sea, la primera buena noticia de la salvación: La promesa de que la semilla de la mujer [Jesús] derrotaría a la serpiente [Satanás]. Dios enviaría a un hombre, Jesucristo, para salvar a muchos (S. Juan 3:15-16). La Biblia dice que todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Sin Dios, estamos completamente perdidos. De hecho, lo que hace que una persona se aparte de Dios es el pecado. Tan pronto como Adán y Eva pecaron, se apartaron de Dios. Pero Dios nunca se apartó de ellos. Incansablemente los buscó hasta que los encontró (Génesis 3:8-9). Eso mismo hace Dios diariamente con usted. Pues si bien es cierto que Jesús está en el cielo, él nos prometió su presencia por medio de su Espíritu Santo (S. Mateo 28:20).

El pecado causa muerte


La gran tragedia del pecado es que además de alejar al ser humano de su Dios, trae consigo la muerte. La Biblia dice que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). Y por supuesto, la misma separación del hombre de Dios, quien es la fuente de la vida, trae como resultado la muerte. Una de las lecciones más importantes del santuario es precisamente mostrar a los seres humanos que el pecado significa muerte.

El propósito del santuario


El santuario o templo de Dios en la tierra era el símbolo de la presencia divina. Era por así decirlo la morada terrenal del Dios Altísimo. Por medio del santuario, Dios mostró dos aspectos de su naturaleza trascendente: En primer lugar, su deseo de habitar en medio de su pueblo (“y habitaré en medio de ellos”); y en segundo lugar, su lejanía. Porque el Dios Altísimo, el gran arquitecto del universo, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, no puede ser contenido entre las paredes de un templo. La trascendencia de Dios se muestra tanto en el hecho de que Dios habita en la eternidad, como también en el hecho de que trasciende, que puede habitar en el espacio y en el tiempo del hombre.

En la Biblia se mencionan varios templos. Sin embargo, el propósito principal del templo es para que sea la morada de Dios entre su pueblo. Este concepto de por sí ya tiene implicaciones salvíficas, pues en la encarnación de Jesús, Dios, por así decirlo, puso su tienda entre los hombres.

La Bíblia dice: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (S. Mateo 1:23). El nacimiento de Cristo significaba lo mismo que el santuario: Dios con nosotros. La divinidad está velada en la humanidad de Cristo. En su gran amor para con el ser humano, Dios se hace presente en medio de su pueblo. Juan lo presenta en una forma aun más clara: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (S. Juan 1:14; la letra cursiva es nuestra). La palabra griega de la cual se traduce “habitó” significa literalmentetabernaculó con nosotros. O sea, la misma palabra que se utiliza para “tabernáculo”, significa habitar. El Verbo, la Palabra, el Dios eterno, puso su habitación con los hombres. Éste es realmente el gran misterio de la piedad. ¿No es este un pensamiento maravilloso, que el Dios omnipotente creador del cielo y de la tierra quiera morar con nosotros?

Los servicios del santuario


Para saber lo que Jesús está haciendo ahora, es importante estudiar la obra que se realizaba en el Santuario terrenal. En el santuario de Israel se celebraban sacrificios diarios y anuales. “Los sacrificios eran el centro del santuario”.1 En el santuario se ofrecían sacrificios diarios por los pecados del pueblo. El penitente traía un corderito sin mancha y sin defecto delante del sacerdote. El pecador colocaba sus manos en la cabeza del animal y confesaba sus pecados. De esta manera los pecados eran transferidos del pecador al animal, que era degollado y su sangre esparcida en el altar. Todo este ritual diario apuntaba hacia el futuro, y anunciaba la obra expiatoria del Señor Jesucristo. Así como el corderito era sacrificado por los pecados del pueblo, así también Cristo fue ofrecido una sola vez por los pecados de todos nosotros. Por eso, la Biblia dice que todo esto era “sombra de los bienes venideros” (Hebreos 10:1). “Todo el sistema de sacrificios del santuario de Israel era una profecía compacta del evangelio que prefiguraba el sacrificio y el sacerdocio de Cristo, que por medio de la muerte venció al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo” (Hebreos 2:14).2 Por eso, es de vital importancia que se entienda no solamente lo que Cristo hizo en el Calvario, su sacrificio por nuestros pecados, sino también lo que está haciendo ahora, su obra mediadora en el Santuario celestial. Estoy de acuerdo con lo que dice M. L. Andreasen: “Es bueno que los cristianos estudien el santuario y su servicio: contiene preciosas lecciones. Allí se ve a Cristo como el Gran Sumo Sacerdote, un cargo que para muchos miembros de la iglesia ha perdido su significado. Y sin embargo, la obra de Cristo como Sumo Sacerdote es la esencia misma del cristianismo, el corazón de la expiación”.3 El Santuario celestial es el lugar donde Cristo conduce su ministerio sacerdotal en nuestro favor. El sacerdocio de Cristo es un sacerdocio inmutable según dice el libro de Hebreos: “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25). Esto nos da la confianza que podemos acercarnos a él confiadamente para hallar gracia y perdón por nuestros pecados (Hebreos 4:16).

El ministerio diario


En el Santuario terrenal, los sacerdotes realizaban dos ministerios distintos: Uno era el ministerio de los sacrificios diarios en el Lugar Santo, y otro el ministerio anual en el Lugar Santísimo. El ministerio sacerdotal que se realizaba en el Lugar Santo del santuario puede ser descrito como un ministerio de intercesión, perdón, reconciliación y restauración. Era un ministerio continuo, que proveía constante acceso a Dios por medio del sacerdote. Esto simbolizaba la verdad de que el pecador arrepentido tiene acceso inmediato y constante a Dios por medio del ministerio sacerdotal de Cristo como intercesor y mediador (Efesios 2:18; Hebreos 4:14-16; 7:25; 9:24).4 También nos muestra la verdad de que nosotros no necesitamos un mediador humano entre nosotros y Dios, pues Cristo es nuestro gran sumo sacerdote y mediador. En la primera epístola del apóstol San Pablo a Timoteo leemos: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5). De la misma manera en que los animales que eran sacrificados en el Santuario terrenal apuntaban a un más excelente sacrificio, el de Cristo Jesús como un cordero sin mancha y sin contaminación, así también el sacerdote que ministraba en el santuario era un símbolo del verdadero gran sumo sacerdote que ministra en el Santuario celestial por cada uno de nosotros (Hebreos 4:14-16). Cuando los hombres en la tierra toman el lugar de mediadores entre Dios y los hombres, están tomando el lugar que le corresponde a Cristo en el cielo (Hebreos 7:24-26). Él es el único mediador y no hay otro. Ningún ser humano puede servir como mediador entre Dios y los hombres. Solamente Jesús (S. Juan 14:6).

El ministerio anual


El ministerio sacerdotal que se realizaba en el Lugar Santísimo del Santuario terrenal era un ministerio de purificación. Se realizaba una vez por año, y era dirigido por el sumo sacerdote. Después de haber realizado la obra de expiación por los pecados, en representación de Cristo como mediador, el sumo sacerdote tomaba sobre sí los pecados que habían contaminado el santuario durante todo el año y los transfería al macho cabrio de Azazel, que representaba a Satanás. Éste era llevado al desierto fuera del campamento de Israel, simbolizando así la erradicación del pecado. De esta forma, el santuario quedaba purificado de toda la contaminación acumulada durante un año (Levítico 16). El día de la purificación del santuario se denominaba “día de la expiación”. Era un día de aflicción del alma, en el cual el pueblo de Dios examinaba su relación con Dios. Un día de juicio, en el que no solo el santuario debía quedar limpio, sino también el pueblo.

Entender el nacimiento, la muerte y la resurrección de Cristo es esencial para la salvación de todo ser humano. También lo es entender lo que él ha estado haciendo desde su ascensión. Ambos ministerios están caracterizados simbólicamente en el Santuario terrenal. Es cierto que la muerte de Cristo en el Calvario y su sacrificio por los pecados de la humanidad son completos y suficientes. Sin embargo, de acuerdo a la Biblia, su obra de salvación y su ministerio continúan en el cielo y en la tierra. Jesús es nuestro intercesor en el cielo. Él es nuestro sumo sacerdote y mediador de un nuevo pacto. Vive para interceder siempre por nosotros (Hebreos 7:25). Cuando Jesús termine su obra mediadora en el cielo, entonces se quitará sus vestiduras sacerdotales y se pondrá sus vestiduras de rey para venir a buscar a sus hijos (Apocalipsis 22:11-14).

Mientras Jesús realiza su ministerio purificador en el cielo, ¿desea pedirle que él también purifique su vida para tener armonía con Dios y sentir su presencia?