domingo, 22 de diciembre de 2013

El uso de pantalones por parte de la mujer cristiana

¿Es incorrecto que la mujer use pantalones?

Al hacerse esta pregunta regularmente se tiene en cuenta el pasaje de Deuteronomio 22: 5, que dice: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer: porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace”.

Lo más probable es que este pasaje se refiera a la costumbre pagana, todavía común en algunos países, practicada con el fin de engañar respecto al verdadero del sexo de la persona con el fin de realizar actos inmorales.

Por otra parte, es necesario recordar que cuando fue escrito esta ordenanza, tanto el hombre como la mujer usaban túnicas con faldas largas. Todavía observan esa costumbre en las tierras bíblicas una notable mayoría de sus habitantes. Después de haber visitado esos pueblos, admitimos que no es fácil para un lego descubrir la diferencia entre los vestidos con faldas de un hombre y los de una mujer. Sin embargo, algunos detalles del atuendo general impiden confundir un hombre con una mujer, como ser la cofia, el turbante, el velo y algunas pequeñas particularidades que diferencian las faldas que usan ambos sexos. Así pues al referirse el texto indicado al traje del hombre o a la ropa de la mujer, no podríamos afirmar que se refiere a una parte del vestuario, sino al ropaje completo, con lo que podría hacerse pasar un hombre por una mujer, o viceversa y con fines pecaminosos.

Refiriéndonos ahora al pantalón en particular, recordamos que su uso comenzó junto con el trabajo de la mujer en las fábricas y en diversas otras actividades en las que hoy se ocupa, donde las faldas eran un peligro o hasta inapropiadas en lo que al decoro se refiere. Con el tiempo se amplió su uso, aceptándose otros motivos como el deporte, la comodidad, el clima, ect., para finalmente formar parte hasta del bien vestir.

De todos modos el claro que hombres de sana conducta no usarían trajes de mujeres con el atuendo propio de ellas, ni mujeres de la misma calidad moral usarían ropa de hombre, incluyendo sus respectivos pantalones. Al fin y cabo, el pantalón, que es solamente una parte del traje del hombre, no basta para crear confusiones en cuanto al sexo de quien lo viste, dada la natural diferencia entre la formación del cuerpo masculino y el femenino, que no se puede disimular. Por lo tanto, al no existir el propósito del engaño respecto al sexo por el solo uso del pantalón que, lo repetimos, es solamente una parte del traje masculino de occidente, no podríamos aplicar el sentido del pasaje bíblico al uso por parte de la mujer de este detalle de la vestimenta del hombre.

Ante estas consideraciones, concluimos que no es pecado ni incorrecto el uso del pantalón por parte de la mujer, cuando el propósito es evitar el peligro de accidentes en ciertos trabajos en la industria, o propender al decoro en el deporte y otras diversas circunstancias. Estimamos, sin embargo, que en los países occidentales deberíamos ser prudentes y razonables con respecto a este detalle, de modo que, por ejemplo, para la iglesia, donde no existen razones de trabajo, se vistan las damas con sus ropas que incluyen las clásicas faldas, evitando los extremos o detalles de moda que muchas veces atentan contra la modestia, el recato y/o hasta la decencia.

Fuente de esta información el libro: La Biblia Responde, publicado por la Asociación Publicadora Interamericana de los Adventistas del Séptimo Día.

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